Se separan los vellones por color si hiciera falta, se eliminan las impurezas y en las llamas también se separan los pelos mas gruesos (descercado) para que el hilado resulte suave.
Luego se ordenan las fibras para empezar el hilado propiamente dicho que consiste en agrupar y ligar hebras sueltas del material, de manera que se formen hilos continuos, con la torsión y el grosor adecuados para obtener la resistencia y elasticidad deseada. Se puede hilar manualmente, alimentando el hilo con los dedos de una mano y torciendo las hebras con la otra hasta ir formando el hilo.
El método más común para hilar es utilizando el huso que es una vara de madera recta, redondeada y puntiaguda en los extremos, cerca de la punta inferior se inserta una rueda cuya función es servir de contrapeso para balancear el huso al momento de hacerlo girar con los dedos.
Los españoles introdujeron una rueca muy sencilla que consta de una rueda grande y una bobina, unidas por una banda en forma de ocho; de la bobina sale el huso horizontalmente. Mientras una mano alimenta al huso con la fibra para hilar, la otra mano opera una manivela para hacer girar la rueda grande; la banda de transmisión hace que las vueltas tengan un ritmo constante en huso y bobina. Los hilos así formados se enrollan sobre una sencilla devanadora.
El proceso del hilado se realiza con la fibra sucia, luego debe lavarse muy bien, sobre todo la de oveja para eliminar la grasitud (lanolina). Una vez lavadas con jabones neutros, las madejas se cuelgan al sol para su secado y posterior teñido o para ser utilizadas con su color original.
Luego se ordenan las fibras para empezar el hilado propiamente dicho que consiste en agrupar y ligar hebras sueltas del material, de manera que se formen hilos continuos, con la torsión y el grosor adecuados para obtener la resistencia y elasticidad deseada. Se puede hilar manualmente, alimentando el hilo con los dedos de una mano y torciendo las hebras con la otra hasta ir formando el hilo.
El método más común para hilar es utilizando el huso que es una vara de madera recta, redondeada y puntiaguda en los extremos, cerca de la punta inferior se inserta una rueda cuya función es servir de contrapeso para balancear el huso al momento de hacerlo girar con los dedos.
Los españoles introdujeron una rueca muy sencilla que consta de una rueda grande y una bobina, unidas por una banda en forma de ocho; de la bobina sale el huso horizontalmente. Mientras una mano alimenta al huso con la fibra para hilar, la otra mano opera una manivela para hacer girar la rueda grande; la banda de transmisión hace que las vueltas tengan un ritmo constante en huso y bobina. Los hilos así formados se enrollan sobre una sencilla devanadora.
El proceso del hilado se realiza con la fibra sucia, luego debe lavarse muy bien, sobre todo la de oveja para eliminar la grasitud (lanolina). Una vez lavadas con jabones neutros, las madejas se cuelgan al sol para su secado y posterior teñido o para ser utilizadas con su color original.
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